Para asegurar la victoria de la multipolaridad y la derrota de la unipolaridad satanista, nos corresponde a nosotros, en Europa Central y en Occidente, apoyar a las fuerzas patrióticas rusas como vanguardia de la multipolaridad, pero también y sobre todo no apoyar lo que Alexander Dougin llama la quinta columna dentro de Rusia, es decir los agentes satanistas.
Antonio Gramsci dijo una vez, nadie puede permanecer indiferente para siempre, algún día tenemos que elegir un bando y el camino correcto. Así pues, lo que diferencia a los eurasianistas de los postmodernistas occidentales como Jordan Peterson es que nosotros consideramos la posmodernidad como un alejamiento total de la modernidad que ha fomentado el caos en todos los estratos de la sociedad.
Sólo hay una hegemonía. La hegemonía es el capitalismo, la sociedad capitalista occidental moderna. Pero el capitalismo no se convierte inmediatamente en hegemonía. ¿Qué lo transforma en hegemonía? La propia lógica interna de la hegemonía.
La literatura expresa el estado de ánimo de la intelectualidad y, en última instancia, de toda la sociedad. En las últimas décadas del estado soviético, hubo tres ramas de la literatura, cada una de las cuales nutrió un gran fragmento de la sociedad soviética.
El tema de la censura no sólo es de gran actualidad para nuestra sociedad (especialmente en las condiciones del SMO), sino que también es filosóficamente fundamental. La cultura occidental contemporánea recurre cada vez con más frecuencia a la censura aunque intente presentar el liberalismo como la abolición de todo criterio de censura. En realidad, ¿qué es la censura[1] sino la forma más radical de censurar cualquier idea, imagen, doctrina, obra o pensamiento que no encaje en el dogma estrecho y cada vez más exclusivista de la "sociedad abierta"?
En términos de la sociología fenomenológica, fundada por Alfred Schütz, que desarrolló las ideas de Edmund Husserl, el mundo objetivo es conocido por una persona particular. El mundo que nos rodea es, por supuesto, objetivo, pero sólo empieza a importarnos cuando es percibido y explorado por nuestra conciencia subjetiva. Una dirección especial de la ciencia, que estudia la interacción y la comunicación en la vida cotidiana entre las personas, se denomina microsociología.
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para tomarme un momento aquí en Moscú, en la conferencia internacional sobre la construcción de la multipolaridad global, para dar las gracias a los organizadores, porque la idea de un mundo sin hegemonía inspira una gran esperanza en todos nosotros.
Las preguntas alrededor de las cuales gira esta investigación son una descripción muy interesante de las opiniones de los “internautas” o “rusos que usan internet”. ¿Acaso se trata de una población grande? Parece que sí. Desde el punto de vista de la sociología podríamos dividir a los rusos en dos categorías: los “que ven televisión” y los “que usan internet”. Ambos difieren significativamente los unos de los otros. Hoy en día es cada vez menor el número de personas que ve televisión o saben lo que es, esto es especialmente cierto con la población más joven. De hecho, la televisión se ha convertido en un nicho de difusión de la información bastante limitado.
En el corazón del Nuevo Orden Mundial, tal como los ultraglobalistas lo ven y lo implementan lo mejor que pueden, está el control precisamente sobre lo inmaterial, sobre los medios para modificar el comportamiento: sobre las redes sociales, la información, las necesidades.